




En el bosque caminamos despacio para no perdernos los acontecimientos del mundo en miniatura. Encontramos un sapito, nos acercarmos mucho y el pareció sonreír. ¿Vieron sus ojos? Hay un universo en sus ojos. ¿Seremos nosotros ese universo que ellos ven?
Muchos insectos que conozco tienen los ojos divididos en minúsculas ventanitas y ven todo como en cuadriculas detalladas, además de hacerlo en 360 grados.
No tenemos un idioma en común pero sí la energía de nuestros pensamientos. Se siente la calma, la confianza y el contacto entre todos los seres de la naturaleza. Somos los únicos que caminamos estos caminos hechos por nosotros mismos con el tiempo, es el sendero del humano. Así como de vez en cuando podemos reconocer un camino hecho por algún animal mamífero cruzando el estanque donde se hayan más ranitas y sapos.
Somos una especie más adentrándose en el bosque, todo es de todos, de todos nosotros incluyendo los animales y las plantas. Una simbiosis con la naturaleza.
El sonido del riachuelo en la quebrada nos acompaña, también los sonidos de los insectos y de algunas aves.Solemos limpiar el cause, ya que por descuido o desidia encontramos plástico, telas y otros tipos de materiales. Cuando hay lluvias fuertes arrastra piedras y tierra también, que nosotros reubicamos para preservar el caudal de forma más fluida.
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